domingo, 3 de mayo de 2020

Primera iniciativa para un monumento en Carabobo


La segunda década del XX encontró a la sabana de Carabobo con un historial de dos columnas previas: una de madera y otra de cimiento romano, que habían tratado de cumplir lo decretado en el congreso de Cúcuta 1821 en cuanto a la forma de honrar la victoria del 24 de junio, además de otras dos que, concebidas para ser colocadas allí, por diversas razones terminaron erigidas en otros lugares con igual propósito.

Eso tuvo razones económicas y políticas. La guerra había dejado al país en considerable ruina, pasarían dos años más después de Carabobo para que realmente se consolidara la Independencia, la diatriba por el rompimiento con la Gran Colombia, las revoluciones, el caudillismo y la Guerra Federal.


Aun así, hubo la temprana intención de hacerlo, y el primer funcionario que intentó darle cumplimiento fue el Intendente del Departamento de Venezuela, general de brigada Juan Manuel de Escalona Arguinzones, quien a comienzos de 1825 contactó a las personas que a su criterio podrían emprender dicha construcción.


Fue así como el Coronel de Ingenieros Francisco Avendaño, el Alarife Primero de albañilería de Caracas, Agustín Ibarra, y un oficial polaco, agregado al Estado Mayor de Páez, Miguel Rola presentaron al Intendente por escrito sus diseños con memorias explicativas y observaciones acerca de su viabilidad.


 1) Francisco de Paula Avendaño y López de Brito. militar y político, prócer de la Independencia y pionero del arte Litográfica en Venezuela propuso una columna ática en piedra de 24 varas de altura. Con el pedestal y fuste del orden Dórico, como medio entre los sólidos y delicados, y la basa Ática o Aticurga, para evitar las dificultades en follajes y adornos de otras órdenes, como el Corintio y Compuesto.

La dificultad de sus múltiples inscripciones se sortearía realizándolas en bajo relieve “más fácil y menos costoso, y rellenándolas con algún sulacre a propósito y algunos dorados quedarán de muy buen gusto, permanentes e inteligibles” debido a que no había “artífice en capacidad de llevarlo a efecto” en alto relieve.


2) José Agustín Ibarra, Alarife Primero y Maestro Mayor de Albañilería de Caracas, propone en vez de su construcción en piedra, “hojas de hierro como en otras partes se usan, de tres cuartos de pulgada de grueso” para preservarla de los frecuentes temblores de tierra y abaratar los “grandes costos en andamios, máquinas, etc” para su iluminación, formando escalas en lo interior.


3) Miguel Rola Skobiski, oficial polaco, agregado al Estado Mayor del General José Antonio Páez, se inspiró en “los monumentos modernos consagrados para perpetuar la gloria de Los Vencedores". Su explicación hace referencia a monumentos antiguos y propuso para la columna, un diámetro de doce pies castellanos, una altura de un poco más de 160 pies. “Su solidez o capacidad se acercará hasta 20.000 pies cúbicos de granito o mármol; el coste de la edificación creo será cerca de 300.000 pesos”.


Ninguno de los tres proyectos remitidos por el intendente Escalona al ministro del Interior José Manuel Restrepo, el 27 de septiembre de 1825, fueron mandados a realizar por el Congreso debido a las limitadas condiciones económicas.


Fuente: Carabobo, generación de héroes: sesquicentenario de la Batalla de Carabobo, 1821-1971

1 comentario:

  1. Excelente. Una verdadera primicia. Datos desconocidos por lo menos para el 99,99% de los carabobeños.

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